La clara favorita a los Globos de
Oro es la historia real de Solomon Northup, un violinista negro que en 1841 fue
secuestrado y vendido como esclavo.
Imagen: DeAPlaneta |
Puntuación: 7,5
Con tanta nominación esperaba que 12 años de esclavitud
fuera la película que todo cineasta con pretensiones quiere hacer
para ganarse el favor de la industria. Sólo me equivoqué a
medias.
Tras la visceral Shame, Steve McQueen vuelve a basarse en hechos reales como hiciera con Hunger, primera gran interpretación de Michael Fassbender. El día a día de un adicto al sexo fue completamente ignorado por los académicos, y a parte de la audiencia le costó digerirlo –no me incluyo entre ellos. 12 años de esclavitud, el libro autobiográfico que Solomon Northup escribió dejando constancia de uno de los episodios más vergonzosos de Estados Unidos, ya había sido adaptado con anterioridad en televisión, y por extraño que parezca ningún productor se había atrevido a llevarlo al cine. Hay en él secuencias más crudas que en Shame, sin embargo la gente siente más compasión cuando ve latigazos que cuando ve a perdedores masturbándose en la oficina.
Tras la visceral Shame, Steve McQueen vuelve a basarse en hechos reales como hiciera con Hunger, primera gran interpretación de Michael Fassbender. El día a día de un adicto al sexo fue completamente ignorado por los académicos, y a parte de la audiencia le costó digerirlo –no me incluyo entre ellos. 12 años de esclavitud, el libro autobiográfico que Solomon Northup escribió dejando constancia de uno de los episodios más vergonzosos de Estados Unidos, ya había sido adaptado con anterioridad en televisión, y por extraño que parezca ningún productor se había atrevido a llevarlo al cine. Hay en él secuencias más crudas que en Shame, sin embargo la gente siente más compasión cuando ve latigazos que cuando ve a perdedores masturbándose en la oficina.
Por esta razón, la lamentable
epopeya de Solomon contada con la elegancia y franqueza que caracteriza a McQueen convencerá a los espectadores de festivales y multicines. Juega a su favor que Django desencadenado gustó mucho y que
nadie parece acordarse de Raíces o de
El color púrpura (Steven Spielberg,
1985), por no hablar de que el otro título sobre racismo del año ha sido la
mediocre El mayordomo.
Para mí, el film
producido por Brad Pitt –que se
reserva un breve papel- ha supuesto una pequeña decepción. Contento de que
su director no haya manufacturado un producto para todos los públicos, es en
aspectos como el previsible casting o la presentación de ciertos secundarios
donde sale a relucir la falta de valentía de un artista demasiado ambicioso. El
momento en que el protagonista, Chiwetel
Ejiofor, es engañado por dos feriantes es tan predecible como el resto de
escenas que enfrentan a esclavos contra amos hasta que aparece Lupita Nyong’o. La desgarradora
actuación de esta joven debutante ya suena como vencedora en cualquier gala de
premios.
Lo mejor: entre sus siete nominaciones a los Globos de Oro, más las
que obtendrá en los Oscar, me alegro especialmente por la que reconoce a Michael Fassbender
como uno de los actores de reparto del 2013.
Lo peor: la música de Hans Zimmer, que se autoplagia y recicla su partitura
para La delgada línea roja.