Londres, Milán,Toronto, San
Francisco, Los Ángeles… son algunas de las ciudades por las que ha pasado este
film de Andrew Haigh, al que le han
llovido premios y nominaciones.
Confieso que he recurrido a la
palabra “gay” en el titular para llamar la atención de los lectores de forma
rápida y barata. Y ni si quiera es
cierto, si tuviera que elegir la mejor película de temática gay del momento sería
sin duda Keep the lights on, que
obtuvo cuatro nominaciones a los Independent
Spirit Awards, pero como aún está pendiente de estreno en nuestro país no
toca hablar de ella.
Weekend impactará a aquellos
–la mayor parte del público- que estén poco acostumbrados a este tipo de
historias en las que un veinteañero que no acepta su homosexualidad se enamora
de alguien en principio opuesto a él. Mientras que no se hagan comedias
románticas tan insulsas como las de Jennifer Aniston pero protagonizadas
por gays, este tipo de films serán catalogados dentro de un subgénero ideado
para captar a unos espectadores y espantar a otros, cuando simplemente deberían
venderlo como una historia de amor del estilo de Brokeback Mountain, claro que entonces saldrían decepcionados.
Supongo que inspirado por la
chilena En la cama o por la española Habitación en Roma, el director de Weekend, Andrew Haigh, da a sus personajes un margen de 48 horas. Russell (Tom Cullen) y Glenn (Chris New) se conocen en un club gay de
Nottingham, ciudad que no tengo intención de visitar después de ver la
homofobia que se respira en sus calles, según el punto de vista del realizador
británico. Haigh parece haber sufrido mucho, o por el contrario no tener ni
idea de lo que habla, y querer transmitirlo a base de situaciones forzadas. Que
el protagonista se asome a la ventana de su décimo piso y se ponga a discutir
con alguien que repentinamente le insulta desde la calle no lo veo viable y me
saca completamente de esta “realidad” filmada, por poner un ejemplo.
Por otro lado, resulta difícil no
simpatizar con el introvertido Russell, cuando escapa de sus aburridos amigos
heterosexuales para irse de fiesta (los he visto más animados) y hacer la
obligada visita a los baños, o cuando se siente fuera de lugar al conocer a los
etílicos amigos de su fugaz pareja. También resulta difícil no sentirse atraído
por Glenn, que va grabando testimonios de sus polvos para completar su proyecto
artístico, y que ve cómo se tambalea su mundo, donde ya no había espacio para
el amor.
Son estos personajes, físicamente
estereotipados a gusto del consumidor (barba, chándal y demás) lo mejor de un film que no hace honor a su
título, ya que bien podría ocurrir cualquier día de entresemana en una gran
ciudad
Después de empujar a la bruja
dentro del caldero, Hansel y Gretel se dedicaron a hacer lo que dice el título
de este divertimento en tres dimensiones mucho más violento de lo que cabría
esperar.
Creía que iba a ver una mezcla de
Crepúsculo y Blancanieves y la leyenda del cazador, y me encuentro con una bruja
que parece salida de El señor de los
anillos a punto de comerse a unos niños que no dudan en utilizar su retorcido
ingenio para librarse de ella. El cuento de los hermanos Grimm continúa siendo tan terrorífico como lo recordaba,
el leñador abandonando a sus hijos en el bosque, la casa de caramelo,
canibalismo… sólo faltan las migas de pan para encontrar el camino de vuelta,
claro que la pareja protagonista de esta versión no las necesitan.
Hansel (Jeremy Renner) y Gretel (Gemma
Arterton) jamás pensaron en felices para siempre, tras salvarse de ser
comidos se dedicaron a cazar brujas y a vivir de ello. Hasta que llegan a un
pueblo donde están desapareciendo niños a un ritmo alarmante y queman a la
primera sospechosa de practicar magia que encuentran. El famoso dúo se ofrece,
previo pago de sus servicios, a dar con las auténticas brujas que están detrás
de los secuestros –lideradas por Famke
Janssen (Jean Grey en X-Men), a
la que cuesta encontrar en alguna producción decente.
Ambos hermanos desmembrarán a hechiceras
en escobas voladoras, al mismo tiempo que descubren su pasado, que dista
bastante del cuento original, en el que eran abandonados simplemente para tener
dos bocas menos que alimentar. Tommy
Wirkola, director y guionista, no es tan cruel, aunque no puede disimular
su pasión por el cine gore. Suerte que no supe de antemano que se trataba del
mismo responsable de Zombis nazis, film
noruego de cuyo nombre intento olvidarme, porque no habría podido ser parcial.
Esta vez Wirkola se preocupa un
poco más de que haya una trama mínimamente consistente, y cuenta con el apoyo
de un eficaz 3D y de un solvente reparto en el que destaca Gemma Arterton (Furia de titanes)
que se sale por la tangente protagonizando la adaptación de otro clásico, La bella y la bestia, una de las muchas
sorpresas que depara este Hansel & Gretel: Cazadores de brujas.
Lo mejor: nada o todo, depende de lo realistas que sean tus expectativas.
Lo peor: sus diálogos, y para muestra, un botón, “Pase lo que pase,
no os comáis las putas chuches”.
Se acerca la gran noche del cine
y nueve son las candidatas a llevarse el Oscar a la mejor película. Todas las
quinielas señalan a Argo como la
vencedora, a pesar de no estar nominado su director Ben Affleck, pero una vez más llevaré la contraria a los
académicos.
Este año los académicos han
elegido a nueve películas como lo mejor de un 2012 en el que se han vuelto a
batir records de cifras, con Los
Vengadores como tercer film más taquillero de la historia, y en el que se
ha cerrado una de las sagas favoritas de la audiencia, Crepúsculo, que como era de esperar no ha obtenido ninguna
nominación, ni si quiera para sus elaborados efectos especiales o para su
expresiva protagonista.Bromas aparte, de
ser yo miembro de tan distinguida Academia esta sería mi votación.
9. Django desencadenado
¿Un esclavo sediento de venganza?
¿Un homenaje al
spaguetti-western? ¿El Ku Klus Klan haciendo chistes para demostrar lo
tontos que son? ¿Sangrientos tiroteos coreografiados al son de hip hop? Todos estos
elementos con los que Tarantino
vuelve a repetir la estructura de Malditos
bastardos, cambiando simplemente de escenario, han encandilado al público y
a la crítica. Se llevará el Oscar al mejor guión original pero si por mí fuera
se iría de vacío, al igual que sucedió injustamente con los dos volúmenes de Kill Bill, la de la novia ensangrentada
sí que fue una venganza épica.
8. El lado bueno de las cosas
Ha ido aumentando puestos en el
box office norteamericano a pesar de haberse estrenado hace meses, Jennifer Lawrence seguro que sabe su
discurso de agradecimiento de memoria, y el hecho de que esté nominado su
director David O. Russell y de que
suponga el regreso a primera división de Robert
De Niro puede convertirla en el sleeper del año. Esta comedia romántica te
engancha con su original descripción de personajes, con su frenético montaje
acorde con los problemas mentales de Pat y por presentarnos a una familia
atípica y reconocible a la vez. Sin embargo, no me creo la relación entre Bradley Cooper y Lawrence, motor principal
del film. Sobre ella no puedo decir que sea una mala actriz, simplemente aún no la he visto interpretar, ya puede participar en cazas humanas o
enfrentarse a mutantes que no veo la diferencia.
7. Lincoln
Técnicamente es impecable, no en
vano es una película de Steven Spielberg.
Las actuaciones son maravillosas, como suele suceder en los films de época,
tanto vestuario y maquillaje seve que ayuda.
El problema es que a diferencia de La lista
de Schindler, su film más premiado hasta la fecha, Lincoln no emociona, y su interés es directamente proporcional a
tus conocimientos sobre la historia de Estados Unidos. Daniel Day-Lewis establecerá dos records, tres veces ganador como
mejor actor principal y el primero en conseguirlo por una película de
Spielberg, a menos que se le adelante su compañero de reparto Tommy Lee Jones.
6. Bestias del sur salvaje
El título independiente de la
noche, ópera prima de Benh Zeitlin
que estará viviendo su propio american dream. Pequeña y lírica producción sobre
las consecuencias del cambio climático en una comunidad a las afueras de Nueva
Orleans, cuya fuerza reside en la interpretación de Quvenzhané Wallis, la actriz más joven nominada al Oscar. Tan sólo
nueve años y ya ha desbancado a Helen
Mirren (Hitchcock) y Marion Cotillard (De óxido y hueso) en dicha categoría. Merecido o no, el espectáculo
está asegurado.
5. La vida de Pi
Ang Lee siempre tan valiente, lo mismo adapta a Jane Austen que hace
una de vaqueros gays, y como suele ser habitual siempre acierta. Ya ganó un
Oscar con Brokeback Mountain y otro
con la mítica Tigre y dragón, esta
vez tendrá que ensayar el gesto de derrota. Llevar la novela de Yann Martel a la gran pantalla es una
proeza en sí, y más hacerlo en 3D y conseguir que la gente acuda en masa al
cine para ver una historia protagonizada por un niño y un tigre. Una compleja e
impactante fábula que en su larga duración tiene su talón de Aquiles.
4. Los miserables
Los musicales son mi debilidad,
así que confieso que no he sido parcial a la hora de otorgarle el cuarto puesto
a esta excesiva adaptación de uno de los musicales con más representaciones a
sus espaldas. Anne Hathaway está sublime
en su calvario, se merece hasta el Oscar honorífico, y Hugh Jackman, que volverá a ser Lobezno en la esperada X-Men: Days of Future Past, inmortaliza
el personaje de Jean Valjean creado por Victor Hugo hace más de un siglo. Ambos
cantarán en la gala, y quizás aplaudan al español Paco Delgado, nominado por el vestuario del film.
3. Amor
El tercer finalista, según mi “objetivo”
ranking, es el último trabajo de Michael
Haneke, que se ha ganado el respeto a base de adolescentes psicópatas,
pianistas masoquistas e inquietantes cintas de video, lo cual tiene mérito. Amor es lo que uno espera encontrarse
cuando va a ver lo mejor del año, algo nuevo, con suerte polémico, que
permanezca en tu memoria y que vayas degustando poco a poco hasta tener la
necesidad de volver a visionarlo. Una de las historias de amor más terribles que
recuerdo, si existe justicia Emmanuelle
Riva subirá a recoger el premio a la mejor actriz, y quizás Haneke hago lo propio como mejor
director. De momento tiene asegurado el de película de habla no inglesa.
2. La noche más oscura
Sólo cinco nominaciones para la
que partía como favorita según las asociaciones de críticos. Puede que las
quejas hacia sus escenas en las que agentes de la CIA torturan a terroristas hayan
tenido algo que ver, pero realidad o ficción, lo que Kathryn Bigelow y el guionista Mark
Boal nos cuentan sobre la caza a Bin Laden te mantiene pegado a la butaca
durante casi tres horas de metraje. Jessica
Chastain hace suyo uno de los personajes más complejos del año, poniéndose
al mando de la famosa operación que la directora de En tierra hostil narra con pulso envidiable, regalándonos una secuencia,
la que da título al film, que te deja exhausto.
1. El caballero oscuro: la leyenda renace
¿Cómo, que la última entrega de
las aventuras de Batman no ha obtenido ni una nominación? ¿Pensarán que es
suficiente con premiar a Catwoman por otro título? ¿O es que los académicos
fueron los únicos que no disfrutaron con el mejor film de superhéroes, con
permiso de su antecesor, hasta la fecha? Con un reparto irrepetible, sus shakesperianos
personajes, sus inauditas secuencias de acción, su laberíntica trama y una
agresividad que hace parecer a Los
Vengadores una película infantil, sin
duda debería figurar entre las nueve nominadas. En su lugar tenemos a Argo,
que me he negado a incluir en la lista, las razones son muchas: Ben Affleck, su predecible guión, el
insoportable grupo de seis diplomáticos a los que rescatan, su exaltación
patriótica… Hubiera preferido que me contaran lo que les sucede a los otros 66
rehenes que estuvieron 444 días prisioneros, pero no daré ideas que en
Hollywood les encantan las segundas partes.