Los fans de Eric Northman están
de suerte, el actor que da vida al atractivo vampiro de True Blood protagoniza este thriller sobre eco-terrorismo.
Imagen: FOX |
Puntuación: 6
No he visto el anterior film de Zal Batmanglij, Sound of my voice, opera prima que también escribió junto a Brit Marling –guionista y actriz que
debutó en la interesante Otra tierra-
pero por lo visto ambos se sienten atraídos por las sectas, y aunque en The
East se centren en un grupo de ecologistas radicales liderados por
Benji (Alexander Skarsgård, Melancolía) e Izzy (Ellen Page, Hard Candy),
su comportamiento se acerca más a lo que vimos en Martha Marcy May Marlene (Sean Durkin, 2011), el mejor título sobre
sectas hasta la fecha.
Sarah (Brit Marling) trabaja en una compañía que se dedica a proteger la
reputación de ciertas empresas cuyas irresponsables acciones ponen en peligro
la vida de personas y atentan contra el medio ambiente. “The East” es el nombre
que han tomado unos jóvenes revolucionarios dispuestos a emplear cualquier
método con tal de sacar a la luz las terribles consecuencias de dichos actos. Sarah
ha de infiltrarse dentro de la banda y mantener informada a su superior Sharon
(Patricia Clarkson, A dos metros bajo tierra), con lo que no
contaba la valiente ex agente del FBI es con encontrarse al irresistible Alexander Skarsgård al mando de la
organización secreta.
Tras someterse a un examen de
bienvenida que parece enfocado a unirse a unos locos adoradores del diablo,
Sarah empieza a olvidarse de su objetivo entre tanto juego de la botella y
demás besos y caricias de sus nuevos amigos, que viven en una especie de comuna
hippie. Y como nadie simpatiza con la farmacéutica que comercializa un
tratamiento con serios efectos secundarios, no nos queda otra opción que desear
que “The East” les dé a probar su propia medicina.
Un poco de Erin Brockovich, otro poco de Millennium:
Los hombres que no amaban a las mujeres y una heroína que recuerda a las
interpretadas por Jessica Chastain
en La deuda y La noche más oscura. Lástima que los ecologistas salgan tan mal
parados como en Tierra prometida y
que el desarrollo del film sea tan previsible (y adictivo) como el de un thriller de
sobremesa.
Lo mejor: Ellen Page haciendo de… Ellen Page.
Lo peor: el desenlace de los créditos, hace tiempo que el público
dejo de exigir finales cerrados.
Alternativas: El jardinero fiel,
buen ejemplo de cómo hacer un thriller de denuncia.